Comento el tema aquí porque no veo otro más específico y se trata de Policía Municipal.
Esto pasó el miércoles por la mañana. Estoy desayunando con dos compañeros en un bar de Sevilla Este que se encuentra con fachada a la calle Administrador Gutiérrez Anaya (entre la avenida de la Innovación y la glorieta del Palacio de Congresos) y otra a una calle interior de una manzana de edificios donde hay distintos locales, oficinas y una clínica. El acceso desde la calle a esta zona interior es a través de una valla que se abre y cierra al paso de los vehículos.
Nos sentamos afuera y no nos damos cuenta de que en el espacio por el que se entra, justo delante de la valla, hay aparcado un coche de la Polícia Local. En eso llega una camioneta que necesita entrar y, obviamente, no puede. Se baja el hombre y mira alrededor sin encontrar a los policías, que estaban dentro del bar desayunando. Lo lógico es pensar que cuando les dijeran algo se salieran y movieran el coche (para más inri había un sitio justo enfrente en la otra acera). Pero los notas dicen que no, que no hay vado, que el coche está bien puesto ahí y que se esperen. Evidentemente el hombre de la furgoneta sale echando demonios por la boca y nadie de los que estamos allí damos crédito.
En un minuto llega un médico o enfermero (no lo sé, pero llevaba la bata) de la clínica de al lado y dice que hay que despejar la puerta por si suceden emergencias, a lo que el policía insiste en que no hay vado y que se esperen. Tanto el de la furgoneta como el médico e incluso otro currela que tenía que salir entran a quejarse y los notas responden que están trabajando, así como suena.
Tardaron en desayunar lo máximo posible. Ya era cuestión de cojones. Más de un cuarto de hora después se metieron en el coche y se piraron entre los aplausos de todos los que estábamos allí.