No pasa nada, hombre. Los de la pancarta no representan la grandeza de mibeti. Como tampoco los representan el del palo, los que se daban de hostias en la grada, el del botellazo a Juande, su entrenador llamando monos a nuestros jugadores, los que amenazaban de muerte a Cantalejo, los jugadores riéndose de un compañero agredido, los consejeros que salían incitando a la violencia, los de la reja del vestuario, los que echaron zotal en el vestuario, el que tiraba bengalitas apuntando a la afición visitante, el facha que la iba liando donde iba, los que se escudan en el anonimato para decir que jugamos dopados...