Venga, cuento yo una de jeta mía. Final de copa en Barcelona contra el Patético. Dos días antes del partido, me regala un proveedor dos entradas en una zona buena para ver el partido, y decido ir, pero ya no había AVE chárter, pasaba de ir en coche, menos aún en autobús, el avión, casi 500 euros lo que quedaba, intento ir en AVE normal vía Madrid, pero nada, todo completo en el tramo Sevilla - Madrid, pero me dice la de la agencia que entre en la web a las 0:00, que liberan siempre algún billete.
Ahí estoy yo puntualmente, y me consigo ida y vuelta en AVE, la vuelta a las 10 u 11 de la mañana, ni hotel ni pollas. Digo, si ganamos, juerga, si perdemos, entre que salimos del campo, charlar con los amigos que había por allí, la 1 o las 2, me voy a un garito hasta las 5 o 6 con algún colega que haga noche y a la estación.
Tras pasar un infierno en el AVE entre Madrid y Barcelona, lleno de hijos de p*ta insultando a sevillanos y andaluces, explicándole a los niños que los madrileños nos alimentában, que no sabíamos hablar, ni trabajábamos, etc. para no aguantar a los degenerados esos, me fui a un vagón al final, de esos que la mitad es para maletas, bicis, etc, donde compartí viaje charlando con la novia de Víctor Orta y otro chaval del Sevilla que había hecho lo mismo harto de bastardos.
Offtopic: Yo llevaba dos entradas, y pensé dársela a algún sevillista que hubiera ido sin ella, alguno encontraría. Ya en Barcelona, me junté con amigos, pero a todos les sobraban entradas de gente que al final no habían podido ir. Los del atlético buscando entradas, yo cogí, me salí un poco de la zona y al primer chaval que vi por allí sin bufanda ni nada que oliera a cerdo atlético, le dije que si quería ir al fútbol, y le regalé la entrada. Se vino a ver el fútbol conmigo. El tío se apuntó del tirón. Vimos el partido rodeados de cerdos del atlético, a mi lado un gilipollas del atlético dándome en el brazo golpes cuando tenían ellos una ocasión, cantando el Yonkis y gitanos, hijos de p*ta, etc. pensando que seríamos también del patético. Cuando marcó Capel no lo celebré, pero cuando marcó Kanouté, me levanté como un loco, sabiendo que estaba ganado y gritando gooooool, goool, hijos de p*ta!!!! Estaba tan embrutecido con las venas del cuello como rambo, que no dijo ningún ni mú, sabiendo que habían estado diciendo cerdadas todo el partido. El chaval que venía conmigo, disfrutando como un cochino. Les había cogido también asco. Cuando me despedí, me dijo que desde ese día ya iba a muerte con el Sevilla. Se vino un rato con mis colegas.
Volviendo al lío: Termina el partido, quedo con los colegas, y llevaban desde por la mañana de viaje y de copas, y unos se iban ya en el autobús, donde me hacían sitio, pero teniendo el AVE no iba ni loco en autobús, y los que se quedaban, se iban a acostar, estaban muertos. Ahí me quedo yo como un gilipollas a la 1 de la mañana en Barcelona, también tela de cansado y afónico, me acerqué a un garito, y daba asco el ambiente. Sólo pasaba de estar ahí, y digo, ea, pues me voy a la estación y me pego una sobada en un banco, tapeo algo, y a esperar.
Una polla para mi. La estación cerrada. No abría hasta las 5 o las 6 de la mañana. Una puerta abierta y la cola de los sevillistas para el AVE chárter, y digo, ahí tengo que meterme como sea. Me acerqué a la cola y el control estaba 3 o 4 metros delante de las máquinas de sacar los billetes. Me acerqué a uno de los puestos donde escaneaban los billetes, y le empecé a dar el coñazo al del control de billetes con el cuento de que me dejase cambiar el tren que tenía a las 11 por el de las 7. El tipo decía que no se podía pasar, que viniera por la mañana. Yo dándole el coñazo, enseñándole el billete, que tenía que cambiarlo 1 hora antes y por la mañana no podría, que fuera buena gente, una comedura de tarro del quince. Al final, hasta la polla, me dice, venga, cámbialo, pero rápido. Yo con un polo y mi calva, y una sudadera amarrada a la cintura. Me pongo en la máquina a hacer el paripé, el tío mirándome de reojo cada 3 o 4 segundos, porque estaba un poco a su derecha, al lado contrario por donde iba entrando la gente. Yo viéndolo en el reflejo de la pantalla, esperando un despiste, y se enreda con el billete de alguien, y ea, me saco la sudadera, me pongo la capucha y me meto entre la gente que ya había pasado. Miro para atrás un poco y veo al nota buscando y dándole voces al de seguridad, pero claro, tampoco podía dejar de picar billetes. Ya no miré más. A las 4 o 5 de la mañana ya estaba en Sevilla.
Aún así, me pegaron el susto en el tren, no pasó ningún revisor, pero me quedé frito, y de pronto me despiertan dándome en el hombro dos toques. Un colega mío, medio morado, que tiene una voz fortísima, un cachondo, quilloooo, tú te has colao, tú no venías para acá, cabrón, que me he recorrido 10 veces los vagones esta mañana. Menos mal que no había nadie por allí del enemigo.
Creo que será la vez que más jeta le he echado a algo, soy más formal de lo que debería.