Tres años y seis meses deben dar para mucho. Al menos, para Stephane Mbia, que ayer, en declaraciones a ABC de Sevilla en su visita a la ciudad hispalense aprovechando las vacaciones en el Hebei China Fortune Football Club, aseguró que son pocos los días que no ha visto repetido su gol al Valencia en aquella recordada jornada del 1 de mayo de 2014 y que le valió al conjunto entonces entrenado por Unai Emery para meterse en la final de la Liga Europa… en el minuto 94. «Lo he visto desde todas las partes que puede haber. Usted lo sabe (se ríe), que ya se lo he mandado. Desde la grada de los sevillistas con los móviles, también desde la grada de la afición local, la imagen del partido que dieron en la televisión. Imagínese cuántas veces lo he podido ver. Ahora, con los móviles, es que está en todos lados. Me lo envían (se ríe) y yo pues lo veo. Cuánta alegría hay ahí. Impresionante. Creo que he visto el gol al Valencia más de un millón de veces», relata Mbia cerca del estadio Ramón Sánchez-Pizjuán.
Al camerunés le cuesta no mirar al que fue su campo. La gente lo conoce y él no se esconde. Le gusta el calor de Sevilla. «No sé si la gente lo sabe pero mi familia, mi mujer y mis dos hijos, siguen viviendo aquí. Imagínese lo que yo puedo pensar de esta ciudad. He tenido muchas experiencias en el fútbol y he vivido en numerosas ciudades, pero esta es especial. Yo nací en Yaundé, pero Sevilla siempre será la ciudad de mi corazón. Lo que viví el otro día fue muy bueno. Volver al Sánchez-Pizjuán me gustó mucho. Está precioso. Nada más llegar al estadio se me pasaron muchas cosas por la cabeza. Es un sitio mítico. Lo que todos sabemos (se vuelve a reír) pasó en Valencia, pero la fuerza del Sánchez-Pizjuán es lo que se te queda siempre dentro. Echo mucho de menos el Sevilla. Es como mi familia y claro que lo paso mal si no gana». El mediocentro, de 31 años, y tras vivir todo tipo de experiencias, algunas de ellas muy negativas, como la que tuvo en el Queens Park Rangers inglés, considera que si hay un equipo al que hay que esperar es al equipo nervionense. «Yo tendría paciencia. Hay que creer y más en el Sevilla», subrayó mientras recibía el aplauso cariñoso de unos aficionados que lo reconocieron rápidamente. Es Mbia. Un tipo muy especial que dejó su Mbiazo para siempre en el corazón de los sevillistas. «Salúdeme por favor a todos los aficionados».
Espectacular el nota.