Los capitalinos os centráis en vuestro futbol pero lo que yo he vivido por el Aljarafe profundo ha sido de traca.
Unías la tensión del futbol con las rencillas profundas entre pueblos, había algunos partidos que íbamos hasta con un autobús de "ultras" para evitar que nos zurraran mientras jugábamos y en algunos partidos he visto más Guardia Civil que en algunos de liga de primera.
Además se unía que en muchísimas ocasiones los más golfos eran los que mejor jugaban al futbol y los equipos tenían telita.
Recuerdo que a los árbitros, en casa, les hacíamos dos o tres bromas siempre. Una de ellas era protestar una falta y medio encararse y el pobre árbitro andaba algo hacia atrás y justo detrás suyo un jugador se agachaba a atarse los cordones de las botas y los pobres pegaban unos carajazos de a kilo, encima levantándolo el mismo que lo había tirado con un toquecito en la cara y un "eta bien? ten cuidao hombre que me va a pisar".
En un partido contra el Aznalcazar tuvimos un batalla campal con la que llegamos hasta el vestuario, un mitin. Yo tenía muchos amigos de Aznalcazar en el instituto y cuando llegó el partido de vuelta me dijeron explícitamente que no fuera. Casualmente esa jornada me dio una contractura en la pierna y luego me contaron que aquello había sido un emboscada que ni Vietnam.
También me acuerdo de uno que era muy bueno pero era un pieza bueno, robaba hasta gasoil de los camiones en los parkings, que la lio tanto en un partido que vinieron a buscarlo al vestuario y como era muy pequeño lo metimos en la bolsa de los balones para esconderlo. Abrimos la puerta de los vestuarios con toda la turba buscándolo y salimos el equipo con la bolsa hacia el bus y les dijimos que se había ido escoltado con la Guardia Civil, lo metimos en el baúl de carga de bus y nos fuimos. Lo llevamos ahí abajo hasta 5 kilómetros después de salir del pueblo, que bajamos y lo sacamos del saco de balones.
A destacar también aquellos notas que tenían todas las cualidades para haber sido unas máquinas y la adolescencia los mató. En mi pueblo hay dos que son camareros con una talega importante que hacían lo que les salía de la polla en todas las categorías en las que habían jugado pero tomaron el mal camino como tantos otros.