La democracia tiene algo muy bueno. No permite que tengas un gobierno mejor de lo que te mereces.
Hasta los huevos de golfos de este país. No hay día en el que algún empresario o autónomo (yo lo soy), me intente extorsionar, chantajear, forzar, etc. a hacer algo ilegal para beneficiarse de ello. Y sí, lo digo, me la suda, cuanto mayor la bandera de España en su cinturón, muñeca, retrovisor, o cuenta de twitter, mayor probabilidad. El último, era empalagoso con la puñetera bandera, y por algún motivo que desconozco creerá que soy igual que él y me suelta diez mil barbaridades fascistoides como con complicidad. Y no digo que los de izquierda no roben, porque trabajé años para la administración y robaban igual. La diferencia que he experimentado es que los fachas creen que tienen derecho a hacerlo, porque el país les pertenece, por sus genes, ni lo ocultan entre ellos, y los otros lo hacen por vicio y degeneración, a escondidas. El resultado es el mismo, no son mejores unos que otros. Maldita la hora en la que no fui maestro de escuela. Que asco de país de golfos, mangantes, hipócritas y degenerados.
Dicho esto. Da igual quien nos gobierne. Mientras seamos un país de golfos, nos gobernarán golfos. Los políticos no son los culpables de esto, son a nuestra imagen y semejanza. A veces pienso que son hasta mejores que la calle.