Ya que a Monchi le ha dado por largar hoy de suerte, digo yo que algo de fortuna ha tenido él en su labor como director deportivo, no? Por ejemplo, fichar a un mediocentro brasileño por una pasta para lo que entonces (y casi, casi ahora, que esto no es el Cherzi) solía gastar el Sevilla, un tío que necesitaba trescientos toques para controlar una pelota, que era un cero a la izquierda en su supuesto sitio natural, que llegue, te lo ponga Caparrós de segundo delantero, y meta 50 goles en dos años... ¿Algo de suerte hay, no? Porque no venía para jugar en esa posición, que si no lo llega a subir el entrenador, el fracaso hubiera sido de cojones. Y fichar a un tío que se va a retirar en Grecia porque el equipo con el que tenía contrato desaparecía y te da cinco años a un nivel altísimo, capitán y poco menos que bandera del Sevilla; traerse un central del Elche jodidísimo por las lesiones que te da todavía más rendimiento que el anterior, o un lateral brasileño al que no conocía ni su p*ta madre que, así por encima y para unos cuantos, con el tiempo se convierte en uno de los mejores jugadores de la historia del club, si no el mejor.
Y ojo, que si los trajo supongo que lo haría porque estaba convencido de que iban a rendir pero, ¿a ese nivel? Eso no lo ve nadie.
También es curioso que cada vez que dispone de más dinero, más la caga. Lo de este año, pues ya lo ha dicho SinPerdon. Que lo ha hecho muy bien globalmente, pero que los dioses no existen, que se deje de ningunear el trabajo de otros achacándolo a la suerte, que se mire lo suyo y, por dios santo, que se deje de amiguismos. Que para eso ya está la liga indoor donde los de su quinta hacen algo que él conocía bastante bien como jugador: el ridículo.