Yo sólo paso para dar la oportunidad a todos los que no son de derechas ni de izquierdas de que me devuelvan los diometrios que les voy cascando, y seguiré cascando, cada vez que se les olvida la equidistancia y sueltan algún discurso propio de Pablo Motos.
Y de paso, aprovecho para comentar que ya me quedan muy pocas dudas de la victoria de la derecha y la extrema derecha. Este finde estuve con personas muy, pero muy cercanas, de las que hacen que me importe el resultado de las elecciones. Pensionistas y algunos miembros del colectivo LGTBI. Pues casi todos estaban deseando que entre la derecha para que tengan mano dura con los moros, los etarras y dejen de dar paguitas a los artistas.
El único preocupado por los recortes a las pensiones y los derechos LGTBI era yo. Que soy hombre, blanco, heretosexual y, a día de hoy, con un buen salario. Así que nada, con tal de echar a Perro Sánchez están dispuestos a dar parte de su poder adquisitivo y derechos para que gente como yo vivan un poco mejor, y otra gente que ya vive mucho mejor, viva muchísimo mejor.
Yo ya no me pienso hacer sangre. De hecho, una parte de mí quiere incluso que gobiernen de una vez y dejen de darme la matraca con el Falcon, los menas y Bildu. Aunque luego veo a mis hijos y pienso en la sanidad y la educación pública y se me pasa.