Yo con los monguis no (que es lo que me faltaba ya; eso y una cuenta de Twitter), pero de rozar la alucinación mental la que tuve fue la vez que peleé con los desplazados del Atrómitos griego bebiendo cerveza.
¿Os acordáis del bar El surtidor? Una franquicia que te ponía un tirador en la mesita para que te echaras las que quisieras y la cuenta salía reflejada en una pantalla. Pues en uno de esos estaba yo con un colega y al entrar los griegos y ponerle Atrómitos a su mesa en la pantalla a mí se me pone en los cojones que a la mía le pusieran Sevilla FC.
Un 7 "pa" 2, aquí no da un paso atrás nadie. No se siente el miedo porque vivimos para defenderte, Sevilla FC.
En esas que el tío mierdas que venía conmigo dice que él no bebe más. ¡Cómeme los huevos, pedazo maricón! (pensé yo respecto a él), ¡éste escontri se gana!. Total, un conejo.
A la que el dios Omega hizo aparición, los helenos se van, no sin antes darme un abrazo todos. Humillados, claro, pero frescos, yo debía sanarme las heridas; y fue cuando me bajé del taburete para hacer pipí cuando entendí que iba a ser grave.
Mis intenciones juro que eran ir al baño, pero claro, el pasillo de personas que allí había se me antojó inabarcable sin arrollarlos por lo que decidí salir a la calle.
Buf (esto mismo también me lo dije para mí) me desorienté y fui agarrándome a la pared a lo que parecía ser un muro que a la mañana siguiente me dijeron que era el colegio Portaceli y al salir un grupo de chavales de mi edad escucho: "¡Mira cómo va ése!" . Bueno, pues se asume, el honor de mi equipo tiene un precio y era normal. Pero todo se torció cuando la voz que contesta dice :¡"Coño, es que ése es mi colega!". Eran mis amigos que salían de comer con sus novias de no sé qué bar. Sí, algunas de ellas me acababan de conocer en ese momento y al pedirles con toda la educación del mundo que me permitiesen un momento, me pongo a vomitar en el cristal del restaurante con toda una familia comiendo justo al otro lado.
Si este grupo no llega a conocerme el cabeza de familia de dicha mesa me hubiese puesto la mía en órbita en ese momento.
¿Qué hice?, les dije adiós y fui a por otra.
No tengo ni idea todavía de cómo llegué a casa, si alguien me llevó aunque estos me dicen que de ser así no fueron ellos porque yo me fui otra vez a darle al cardo, o qué hice, la verdad.
El único y último recuerdo que tengo es andar haciendo ni sé el qué por San Bernardo.
Por cierto, aquel partido fue la fase previa que había que jugar antes de la fase de grupos. La pasamos y fue nuestro segundo título de la Copa de la UEFA.