Su filosofía es
firmar año a año y hacer balance al final de temporada para saber qué rendimiento puede seguir aportando al fútbol.
Se abre un nuevo escenario para el entrenador que necesita
recuperar las sensaciones de antaño, que tiene en la convivencia con los jugadores sus mejores virtudes para explotar sus conocimientos, que tiene una personalidad muy marcada,
admirado por muchos futbolistas que han convivido con él y reconocen que hoy son más completos porque no todo está en el talento y la táctica en la alta competición. Una fuerte mentalidad es lo que le gusta inyectar a este técnico.
José Luis Mendilibar es el entrenador que tiene muy claro de dónde viene y a dónde tiene que ir, aunque parezca que va contracorriente.
“Yo vengo de otra época, de otro fútbol en el que los futbolistas teníamos un par de botas o, a lo sumo, dos para jugar toda la temporada. Y yo me acuerdo de llevarlas a arreglar al zapatero”, es una de las frases que definen quién es y cómo piensa Mendilibar.
La sencillez y la eficacia
Ha dejado huella. Los que conocen y han trabajo con
‘Mendi’ hablan de un entrenador que les
pide darse de leches en los entrenamientos y luego ya pueden pasar a los abrazos y los besos. Hay otra de las reflexiones célebres que definen su forma de trabajar y ver el fútbol moderno: “Hoy un campo de entrenamiento parece un aeropuerto que está lleno de conos, muñecos, vallas, cinturones para hacer arrastres… Igual que los porteros, que si pelotas de tenis… Cualquier día alguien empezará con bolas de golf. Estamos perdiendo la sencillez del fútbol”.
Mendilibar es el aroma del fútbol antiguo. El de Zaldívar apela a la sencillez y la eficacia. Un día le preguntaron por el espectáculo, el entretenimiento y cómo hacer un juego atractivo y fue contundente en su afirmación: “Parece que el fútbol, hoy en día, solo es tocarla.
Parece que solo juega bien el Barcelona y los demás somos unos zoquetes. Al fútbol se juega de muchas maneras y defender bien también es jugar bien al fútbol”.