Hay una jugada en concreto, en que sale el tío del Mirandés corriendo por su banda con el balón y él tiene que bajar a defender y es totalmente incapaz de llegar a cerrar el hueco, se le ve haciendo el esfuerzo de esprintar pero como si tuviera una pesa de 10 kilos en el culo.
Evidentemente, el del Mirandés llega tranquilamente a la zona de centro, la pone y acaba rematando otro, que saca Vacklic milagrosamente, al final de la primera parte.
Un lateral que se suma al ataque no puede tener esa velocidad, es un auténtico despropósito, pero para el Sevilla o para el Alcalá, vergonzoso.