Quien algo quiere, algo le cuesta. La imperiosa necesidad del Sevilla de levantar cabeza pasa por remodelar, trabajar y rejuvenecer la plantilla.
El diagnóstico es fácil, lo difícil será aplicar el tratamiento y es que para cumplir con este cometido
, el club deberá hacer ciertos sacrificios y ahora es el momento de mover ficha.
Que el parón mundialista iba a ser un punto de inflexión para este Sevilla no era ningún secreto. Aunque el mercado de invierno no se abrirá hasta el 1 de enero, el club aprovechará Qatar para tantear el terreno. De hecho,
Monchi ya está trabajando por Europa para traer repuestos claves de cara a lo que resta de temporada. La crisis en la que vive sumido el equipo no puede dilatarse después del Mundial.
El Sevilla debe estar fuera de los puestos de descenso lo más pronto posible y la directiva lo tiene claro.
El equipo de José Castro tiene mucho en juego, ya que ha sido señalado como el culpable de esta situación por una nutrida parte de la afición.
No obstante,
antes de comprar el Sevilla debe rebajar su masa salarial, es decir, vender. Nadie está a salvo, los cascarones de huevo, de haberlos, son los favoritos de Sampaoli pero, de llegar una buena oferta, esto no será un gran impedimento a la hora de aceptarla. La economía del club y las exigencias de LaLiga en materia económica así lo van a dictaminar. Pero
en el entorno del club de Nervión no solo se habla de vender. Los últimos mensajes que se lanzan desde la entidad hacen pensar que se dará un paso más y se estudiará
rescindir los contratos de algunos de los futbolistas que más cobran y que deportivamente están aportando menos.
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No nos va a temblar el pulso en el mercado de invierno para darle una vuelta de tuerca a la plantilla, siendo más ambiciosos que nunca y confeccionando una plantilla más acorde al estilo de juego de Jorge Sampaoli.
Sabemos cuáles han sido los errores y lo que tenemos que hacer para revertir la situación», estas palabras del vicepresidente del Sevilla,
José María del Nido Carrasco, del pasado sábado certifican que el club irá a por todas en enero. Es cierto que la mayoría de los futbolistas blanquirrojos están devaluados después de este arranque de temporada, por lo que se barajan medidas más drásticas para aliviar el gasto en sueldos.
Vender o rescindir
Los jugadores más veteranos son los que están en primera línea de salida. Gana peso la salida de
Papu Gómez tras su participación en el Mundial. Es un jugador con cartel y el Sevilla confía en que su participación en el torneo despierte alguna oferta interesante, pero, de no hacerlo, el club baraja negociar con el jugador para rescindir su contrato. Monchi también confiará en la Copa del Mundo como escaparate para los daneses
Delaney y Dolberg.
Son jugadores que aún pueden ser vendidos en condiciones aceptables y más aún si realizan una buena actuación en Qatar. Bien es sabido que
no son del agrado de Sampaoli y esto podría precipitar la salida de ambos en enero, puesto que la directiva está centrada en complacer las necesidades del técnico argentino.
Siguiendo los planes de la entidad sevillista de prescindir de los sueldos más altos, están en el aire las fichas de
Rakitic o Suso. Ambos jugadores están lejos de su mejor versión. En el caso del croata, a pesar de ser uno de los hombres más carismáticos de la plantilla,
su rendimiento no es el deseado y parece que su segunda etapa en el Sevilla está cerca de llegar a su fin. Por su parte, Suso tiene contrato hasta 2025 y su alta ficha complica su fichaje por otro equipo. A pesar de esto,
el extremo ha sonado para marcharse cedido al Valencia, puesto que el técnico ché, Gattuso, ha trabajado con él durante su etapa en el Milan.
Reconstruir
Estos son solo algunos de los nombres propios que se barajan, pero lo cierto es que nadie está a salvo actualmente.
Cualquier buena oferta que pueda llegar será tomada en cuenta en el Sevilla porque la prioridad es reconstruir el equipo.
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Nos hemos equivocado más de la cuenta», la rotunda frase que Monchi formuló en Manchester marca los nuevos pasos del director deportivo que buscará
compensar estos errores con aciertos que eleven al conjunto nervionense al sitio que le corresponde. Esta promesa también ha sido entonada por la directiva que se encuentra a poco tiempo de la celebración de la Junta General de Accionistas, que estará marcada por la inestabilidad deportiva del Sevilla. El presidente, José Castro, habría llegado a un acuerdo con el vicepresidente y el director deportivo para darle carta blanca a este último con tal de demostrar que
hay un plan B convincente.
Todo pasa por intentar
reconfigurar un plantel teniendo en cuenta las peticiones de Sampaoli. En total, el equipo necesitaría al menos un
central, un centrocampista con desborde y
uno o dos puntas de mayores prestaciones de los que ahora tiene. Es decir, componer una
nueva estructura que vertebre a un conjunto más competitivo. No es un secreto que el Sevilla ha pensado en el regreso de
Lucas Ocampos, cedido en el Ajax este verano, que no está disputando minutos y sería un feliz reencuentro para ambas partes.
Además, como ya contó este medio, el técnico de Casilda puso los nombres de
Gabriel Barbosa o Chimy Ávila sobre la mesa, e incluso ha llegado a sonar el regreso de Luis Alberto. El centrocampista de La Lazio no cuenta para su entrenador Maurizio Sarri, según medios italianos, y
el canterano sevillista ya habría mostrado su deseo de volver a casa. Todo esto estará marcado por las posibilidades financieras del club, que hasta que no haga 'una limpia' no podrá concretar una remodelación ambiciosa.