Haces referencia a tus abuelos, cuando yo de niño en madrugada veía a la Esperanza Macarena en la esquina de la campana con el duque, a la Esperanza de Triana bajo el edificio del ocaso y al gran poder, solito en gravina/Pedro del toro.Pues mira, lo que va a pasar, y por lo que no voy a ir, son muchos problemas. Muchos.
Vacías el centro (que creo que es el segundo mayor de Europa tras el de Génova) de residentes y lo llenas con una población flotante de pocos días. Esa población que se te ha ido a la diáspora vuelve para la ocasión como lleva haciendo ritualmente muchos años, más del siglo en algunas familias, y se le suma a la población flotante. Está última, que no sabe la pobre de qué va la cosa, qué pasos hay habilitados, qué cortes y aforamientos se realizan, que cofradía te corta en un sitio y otro, los horarios... absolutamente nada, va a su bola junto con la justita educación cívica que existe ya, la falta de respeto y la hipérbole genética del lugareño 2023 que gusta de montar tapones hasta para ver a un tío disfrazado que recoge la carta de los Reyes Magos y, cuando se juntan, rellenan un casco histórico que no puede controlarlo ni la Policía. Verás qué chachi cuando esa gente quiera llegar a su apartamento y no pueda en seis horas con suerte.
Mis abuelos podían ver La Quinta Angustia o el Cristo de Burgos de pie en el Café París y hoy todo eso y más está lleno de sillas. ¿No se piensa restringir el número de nazarenos?, ¿se va a seguir permitiendo por las hermandades que la gente siga saliendo en ellas como el que va al carnaval por tal de tener más hermanos en nómina?, pues del mismo modo al centro se enterará algún día con una invitación o la papeleta de sitio y dejará de ser libre.
Que yo soy raro de cojones, blasfemo, no voy a misa y maldigo en ebreo, pero que yo dejaba a la mitad de la gente sin salir. Al primero que señalase en la iglesia, no confesase primero o se fuese el Jueves Santo a la playa iba fuera de la hermandad.
El lío de ahora se paró un poco por el Covid, ahora ya entraremos en barrena.
¿Que antes había yonkis y putas en la Alameda, skins en La Gavidia y muy malas bullas?, pues sí, pero ahora el follón es más gordo.
Me jode, pero ya no es mi ciudad.
Ah, y al cachorro, solo, en el callejón de la santa inquisita
No solo el turismo, la avaricia y la vanidad y petulancia de los sevillanos también ha hecho daño a las tradiciones.
Porque somos tela de tontos en esta ciudad, eh?